jueves, 14 de junio de 2012

Intención Pedagógica.


Conceptos claves
Valoración, interlocución, promoción, intereses, ritmos y estilos de aprendizajes, estrategias pedagógicas, acciones de seguimiento, pedagogía de la humanización.


Conozco las diversas apreciaciones a favor y en contra del decreto 1290 del 16 de abril de 2009. En este documento no me ocupo de la discusión; por el contrario, aquí, solo realizo un ejercicio reflexivo desde la pedagogía, con la intención de  escudriñar y profundizar  en el discurso pedagógico que está presente en el decreto en estudio, y de esta forma,  proponer una serie de metodologías, actividades y estrategias didácticas que permitan mejorar las diversas prácticas de evaluación como una realidad valorativa que nos incluye a todos: a los que no poseen la suficiente facilidad para aprender, a los que van a toda, a los que se les facilita extraordinariamente el aprendizaje, a los que no les interesa, a los que quieren, pero no pueden.

Perspectiva educativa de este documento
Pedagogía de la humanización. Quien se enoja porque existen escuelas donde todos los estudiantes aprenden y por ende, en esas escuelas no hay fracasados, no hay necesidad de repetir el curso, solo se avanza, se crece, se evoluciona y nos transformamos en mejores seres humanos, repito: quien a esto le disgusta, entonces, no merece ser maestro.

¿Para qué nos hacemos maestros? Justamente para el que está en problemas, para el que no tiene motivación de estudiar, para el que no hace tareas, para el indisciplinado, para el que no se lo aguanta  nadie, para ese estudiante, nos hacemos maestros; por eso, tiene sentido, ser maestro, porque somos capaces de transformar al individuo egoísta y perezoso, en un mejor ser humano, en un sujeto social que se ama a sí mismo, ama a los demás, al mundo y al conocimiento; pero, gracias a un maestro, ese estudiante  que dábamos por perdido, ahora: es crítico, creativo y fundamentalmente un sujeto ético. Insisto, gracias a un ser humano que se hizo maestro podemos pensar una mejor sociedad de la que tenemos en la que todos cabemos. 

ARTÍCULO 1. Evaluación de los estudiantes


ARTÍCULO 1. Evaluación de los estudiantes. La evaluación de los aprendizajes de los estudiantes se realiza en los siguientes ámbitos:
1. Internacional. El Estado promoverá la participación de los estudiantes del país en pruebas que den cuenta de la calidad de la educación frente a estándares internacionales.
2. Nacional. El Ministerio de Educación Nacional y el Instituto Colombiano para el Fomento de la Educación Superior ICFES, realizarán pruebas censales con el fin de monitorear la calidad de la educación de los establecimientos educativos con fundamento en los estándares básicos. Las pruebas nacionales que se aplican al finalizar el grado undécimo permiten, además, el acceso de los estudiantes a la educación superior.
3. Institucional. La evaluación del aprendizaje de los estudiantes realizada en los establecimientos de educación básica y media, es el proceso permanente y objetivo para valorar el nivel de desempeño de los estudiantes.

Reflexión pedagógica
Ahora, no hay necesidad de interpretar la evaluación, como un instrumento de verificación, comprobación, calificación o juicio del aprendizaje de los estudiantes. En algunos centros educativos llegué a leer este tipo de frases pegadas con orgullo en la sala de profesores: “La evaluación es el instrumento que permite verificar o comprobar el aprendizaje de los estudiantes”. Sueño con una escuela que no vuelva a colgar o pegar en las paredes este tipo de concepciones que tanto daño nos ha hecho a los docentes y estudiantes. También sueño con una escuela incluyente, donde no haya tontos e inteligentes, negros y blancos, pobres y ricos, buenos y malos, indisciplinados y disciplinados;  porque en esencia, lo que existe en la escuela, es una realidad mucho más compleja de lo que hemos configurado.
La escuela, ese lugar de emociones y pasiones, de anhelos, esperanzas y preocupaciones académicas, personales y sociales, es el espacio donde necesitamos hacer realidad la convivencia, la alegría, la interlocución, la negociación y la concertación.
Según Georges Snyders, citado por Gadotti Moacir (2005) en Historia de las ideas pedagógicas, México: siglo XXI. La escuela, etimológicamente significa: “recreación”, “alegría”. Ese es el ideal de la escuela: la alegría de construir el saber elaborado. 
En este primer artículo del decreto 1290, cuando se nos dice: La evaluación del aprendizaje de los estudiantes realizada en los establecimientos de educación básica y media, es el proceso permanente y objetivo para valorar el nivel de desempeño de los estudiantes, se nos está invitando a construir una escuela, donde en vez de juzgar, valoremos; en vez de calificar, verificar o comprobar, formemos.

Es importante aclarar que esta evolución en el concepto de evaluación que hoy tenemos en un documento del Ministerio de educación nacional,  ya se explicitaba desde el año 1994 en el decreto 1860 en el artículo 47 se contienen aportes como este: La evaluación será continua, integral, cualitativa y se expresará en informes descriptivos que respondan a estas características: Estos informes se presentarán en forma comprensible que permita a los padres, a los docentes y a los mismos alumnos apreciar el avance en la formación del educando y proponer las acciones necesarias para continuar adecuadamente el proceso educativo. Sus finalidades principales son:
- Determinar la obtención de los logros definidos en el proyecto educativo institucional.
- Definir el avance en la adquisición de los conocimientos.
- Estimular el afianzamiento de valores y actitudes…

Respecto a la segunda sección de este primer artículo: El Ministerio de Educación Nacional y el Instituto Colombiano para el Fomento de la Educación Superior ICFES, realizarán pruebas censales con el fin de monitorear la calidad de la educación de los establecimientos educativos con fundamento en los estándares básicos. Es importante preguntarnos ¿Qué estamos entendiendo por calidad? (véase, aquí en mi espacio, el ensayo que propongo sobre calidad de vida), lo pregunto, porque estoy cansado y muy enojado con los cientos de instituciones educativas que he visitado, y lo primero que percibo en sus oficinas de dirección o rectoría, es una colección de certificaciones de calidad, cuestión que me produce decepción y angustia, al notar: que tal realidad de cartones al por mayor, no tiene nada que ver con la realidad cotidiana de la institución que visito. Entro a los baños, y es cuando al instante, llevo mis dedos a la nariz para poder orinar con tranquilidad.

Al recorrer las zonas verdes, más bien siento que recorro, zonas de basura. Lo grave de este asunto fue lo que me respondió un docente cuando pregunté: ¿Por qué hay tanta basura en el patio, cafetería y demás espacios de la institución? Me dijo el docente, no sé, sin en tono de ironía, broma o qué, pero me lo dijo: ¡obvio, donde hay niños y adolescentes, siempre habrán papeles, suciedad!

Pero, ¿Cuál es mi enojo? Está relacionado con lo que se entiende en algunas instituciones educativas por calidad, como por ejemplo: calidad educativa, se equipara de inmediato con la convicción de mejor nivel académico, es decir, pruebas ICFES, mejores notas, aunque ese tan nombrado nivel académico “muy superior”, no vaya de la mano de la inteligencia emocional y social, del buen trato y la convivencia (véase en mi espacio, en este KNOL, el resumen de la investigación que dirijo sobre Pedagogía de la humanización en la Universidad de San Buenaventura de Bogotá DC.).
Hoy, el concepto calidad, no solo es muy conocido, sino que es también muy manoseado, hasta el punto de prostituir su verdadera significación; por ejemplo, se habla de “calidad empresarial”, “calidad educativa”, “calidad en la televisión”; se habla de empresas “de calidad”, es decir “certificadas”. Lo grave de este asunto, es que en esta oferta y demanda de acceder a la calidad, ya hasta la calidad se puede comprar, de ahí que es normal encontrar en internet, todo tipo de portales que te ofrecen ser acreditado, para que tanto gerente, rector o directivo y su empresa se acrediten como un empresario y una empresa de calidad. Así que cuando veamos en una empresa de cualquier tipo, incluso, del sector de la salud y de la educación con una serie de cartones que certifican o acreditan a esa empresa como una institución de calidad, tomémonos el derecho de la duda. Acerquémonos ahora, a la comprensión del concepto.
Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, el término calidad:
Viene del latín qualitas que significa propiedad o conjunto de propiedades inherentes a algo, que permiten juzgar su valor. Esta tela es de buena calidad. El significado 5. Dice: Estado de una persona, naturaleza, edad y demás circunstancias y condiciones que se requieren para un cargo o dignidad. Conjunto de condiciones que contribuyen a hacer agradable y valiosa la vida. Real Academia Española a/g (2001).
Así que al hablar de calidad, es importante relacionarlo con tres conceptos: impecable, transparencia y excelencia. No podemos continuar deteriorando el concepto en su uso cotidiano. Recuérdese, si un tratamiento médico es de calidad, es porque hay un profesional de la salud comprometido con mejorar el bienestar del paciente. Si una educación es de calidad, es porque existe un ambiente agradable de enseñanza-aprendizaje en el que hay buen trato y oportunidades para todos. Si un ambiente laboral es de calidad, es porque existe un ambiente de convivencia,  excelente ambiente de trabajo, interacciones transparentes, respeto y valoración; es decir, hay una excelente relación interpersonal y de interlocución, donde se da la negociación y la concertación pacífica y progresiva.

En síntesis, lo que estoy afirmando es que: si afirmamos que nuestra institución educativa es de calidad, más vale que tengamos evidencias relacionadas con la estética de los diversos espacios de la institución, la armonía, la convivencia, la interacción social y académica impecable, transparente y excelente. Si existe un ambiente de convivencia pacífica y progresiva, y de aprendizaje significativo; entonces, nos hemos ganado el derecho de hablar de calidad, y de paso, como valor agregado, podemos colgar los certificados que deseemos; de lo contrario, aconsejo guardar en cualquier cajón, los diversos certificados de calidad que tengamos. Ya es hora, que nuestro PEI. Proyecto educativo institucional deje de ser mentiroso.

ARTÍCULO 2. Objeto del decreto


ARTÍCULO 2. Objeto del decreto. El presente decreto reglamenta la evaluación del aprendizaje y promoción de los estudiantes de los niveles de educación básica y media que deben realizar los establecimientos educativos.

Para comprender los procesos de valoración de la educación inicial o educación pre-escolar, consúltese el decreto 2247 de 1997. Es importante comprender que si bien es cierto, el decreto ofrece cierta flexibilidad en su aplicación, existe en este decreto, una serie de orientaciones objetivas e indicativas no negociables, que determinan y fundamentan a nivel legal, la definición del sistema institucional de evaluación de los estudiantes.